Prometidos
en matrimonio desde niños, Gilbert Baring-Goluld, conde de Kerr, y la honorable
Emma Loudan no son exactamente lo que podría llamarse una pareja perfecta. Él
es conocido por la buena sociedad como un libertino, muy alejado del esposo
ideal para una dama.
Cuando Gilbert escandaliza a la sociedad anunciando que no seguirá con el
matrimonio hasta que Emma esté embarazada de él? ¿O dijo que ya estaba
embarazada? los rumores se disparan, y Emma con ellos.
Sin duda, Emma debería devolverle directamente el anillo de compromiso a este
hijo de Belcebú. Pero la curiosidad, y un fuerte deseo de enseñarle modales al
caradura de su fiancé, exigen que ella le venza en su propio juego.
De modo que así lo hace...
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